En el día internacional de los cuidados paliativos se conmemora la incansable lucha de los profesionales en salud por brindar bienestar y aliviar el dolor de las personas que, por ciertas patologías, reciben un diagnóstico irreversible o de alta gravedad.

Estos cuidados generan un reto para los médicos, ya que su meta principal es buscar el alivio del paciente mediante la aplicación de tratamientos especiales, con el fin de que lleve su proceso de manera más digna.

Existe gran diferencia entre los cuidados paliativos y el hospicio (cuidados para el final de la vida), ya que los primeros se brindan a pacientes que tienen una esperanza de vida mayor a los 6 meses y que requieren de un grupo de profesionales que ayuden tanto al paciente como a la familia a sobrellevar la enfermedad y, posteriormente, a recuperar la paz mental, enfocándose en varias etapas que pueden variar según la sintomatología de cada persona; se pueden tratar, además de los síntomas físicos, patologías como la depresión, manejo de la ansiedad, entre otros.

Los profesionales evaluarán el impacto de la enfermedad y encaminarán tanto a la familia como al paciente a que aborden las cosas desde una perspectiva positiva, para que puedan disfrutar plenamente de los momentos que les quedan juntos.